Después de la primeras inmersiones y ver los peces que vivían en los primeros 5 metros, me fui a investigar.
Investigar en el lago es de lo más emocionante. Aquí está prohibido bucear solo, por tanto siempre tienes alguien al que sigues, te sigue, te comunicas y sobre todo te acompaña.
Bucear solo por el lago ya era una sensación extraña, para colmo no olvidaba la posibilidad de los cocodrilos y cobras y nada más llegar subí dos niveles de seguridad en mi ordenador de buceo porque era consciente de que un problema por la profundidad era no contarlo.
Todo este cóctel hacía que el simple hecho alejarte de la orilla se convirtiera en una aventura.
Otra cosa que quiero destacar que en muchos momentos la música del documental de la BBC resonó en mi cabeza, curiosamente Angel me comento lo mismo. Tengo que confesar que las últimas noches antes de irme, a las tantas y monas de la mañana vi varias veces el documental y iba un poco sugestionado.
Recuerdo que el aumento de profundidad era muy lento, solo veía arena, xenos, enantiopus y arena, a partir de los 10 metros empezó la caja de las sorpresas, entre la arena empece a ver un par de conchas, a poco metros otra concha, en todas había un pareja de brevis, las deje atrás y más arena, unas pequeñas vallisnerias, no había peces, más arena, y más arena, a lo lejos empece a ver enorme agujeros, eran nidos de tetracanthus, enormes, todos había desenterrado un árbol, seguramente la arena tapaba un gran bosque de arboles derribados. Algunos nidos eran verdaderas obras de arte. Había brevis que tenían su concha en los bordes de los nidos.
Estuve un buen rato con ellos y aquí pongo algunas de las fotos.
Aprovecho para comentar que el tiempo bajo el agua pasaba muy rápido,
en ese momento podía llevar dos horas buceando, y aunque parecía un momento, había estado mucho tiempo observando los peces.
Seguí avanzando, arena, arena y más arena, a lo lejos un grupo de rocas, era realmente emocionante, Unas simples piedras y el estado de tensión más la emoción hacía que todo fuera muy especial. Vi mi primer Boulengerochromis, fue solo un momento. Este pez, sin duda, al igual que en el documental, ha sido la estrella del viaje, lo podréis ver en las fotos y sobre todo lo veréis en el libro de Angel.
Pero seguí, tenía poco aire, estaba a 20 metros pero la intriga me podía, la arena seguía, en algunos momentos pensaba que ya solo iba a encontrar arena pero no, más piedras, mis primeras esponjas, mi primer cangrejo, mi primer synodontis, dos fotos rápidas, 25 metros y el aire se acaba. Todo emoción Smile
Cuando llegue a superficie el barco estaba en el quinto carajo y tuve que estar media hora nadando pero había merecido la pena.
Estas aventuras las hice más de una vez, aunque muchas veces la orilla era tan impresionante que no había tiempo de investigar pero siempre me quede con la sensación de ¿qué habría más allá?
Los Enantiopus, uno de los momentos más especiales del viaje. Verlos es más o menos normal, no son petros o tropheus que los ves por todos los sitios pero los ves de vez en cuando cuando vas a las zonas de arena. Pero verlos con los nidos...
En la parte final del viaje vi una gran extensión con nidos impecables, era evidentemente que hacía muy poco tiempo, minutos, horas, que había montando el espectaculo en ese sitio. Irme sin ver su cría hubiera sido normal y fue toda una suerte haber vivido algo tan especial.
Todo empezó el día antes, en esta zona se pescaba xenos y enantiopus. Angel y yo le preguntábamos varias veces por los melanogenys a los pescadores. Uno de ellos capto que eran importantes para nosotros y en una inmersión, apareció agitado, mientras yo estaba en la zona de rocas. Me enseño una bolsa enorme con un centenar de ochrogenis y señalaba a una de ellas. Me di cuenta que era un enantiopus y salí disparado detrás de él. Estos tíos no saben bucear pero tienen una forma física que da miedo, ya me las doy de deportista pero tuve que ir a tope para seguir al negrillo y os aseguro que los enantiopus no estaban demasiado cerca.
Cuando llegamos yo solo veía sangre en los ojos de la paliza que me había metido persiguiendo al OrzoWei este, y allí había un par de enantiopus y muchas xenos, a lo lejos vi pasar un banco, quizás de enantiopus pero no mucho más. Menos mal que en el lago lo perdonas todo pero la paliza que me pegue para nada necesita más recompensa.
Al día siguiente fue parecido pero esta vez yo estaba cerca de la zona, podría haber estado allí toda la mañana y no haberlos visto, aquello es muy, muy grande y a 100 metros de ti puede estar pasando una maravilla y ni te enteras. De nuevo mi amigo Dauri, me hizo señas, con esta vez una bolsa llena de enantiopus. Carrera de nuevo, corta, gracias a dios, y allí estaban. Que grandioso espectáculo, cientos de grandes nidos, una orgía de bailes, exhibiciones... no se puede explicar, la música resonaba con más fuerza que nunca en tu cerebro y era realmente increíble ver la vitalidad que despliegan aquellos machos.
Voces, gritos por todos los sitios, avisando a Angel e intento hacer fotos. Era imposible, los machos se abrían a tu paso, los que perdían el sitio era atacados por los otros, las hembras se iban en bancos, Angel aparece en apnea en medio de los bancos haciendo fotos de ambiente, le veo que entra un par de veces y sale de nuevo corriendo, supuse que a cambiar la lente o por la botella y yo sigo a lo mío.
Una experiencia increíble, hice algunas fotos como pude y el resto de tiempo me dedique a observarlos hasta que me quede sin aire y tuve que volver al barco.
Bajamos desde Kigoma hasta Sibwesa y lo estuve midiendo a lo largo del todo viaje. Siempre obtuve los mismos parámetros, el pH que rondaba el 8.8, el kh 18 y la electroconductividad no la recuerdo pero la tengo apuntada, creo que 0.60 en mi medidor Hanna.
Estas fotos son el proceso completo de como se hizo la foto donde Angel y yo salimos con los BM. Esta y otras técnicas nos permitieron captar momentos increíbles. Muchas de las fotos son reptando :-) Es difícil explicar como se hacen las fotos, realmente parece imposible acercarte a un pez y cualquier foto que tenga calidad está echa a menos de medio metro, algunas a escasos centímetros. Tienen su truco pero la paciencia, conocer el comportamiento del pez y una muy buena técnica de buceo son las bases
Fotografía: Juan Molina
Agradecimientos a Juan Molina
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